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Iglesias Evangélicas manifestaron su total rechazo al discurso de Javier Milei

Así lo hizo la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE) mediante un comunicado en el que el candidato libertario impulsa «expresiones sociales y políticas que resultan alarmantes a la luz del Evangelio y la tradición cristiana protestante».

Iglesias Evangélicas manifestaron su total rechazo al discurso de Javier Milei

Firmado por el presidente de la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE), Leonardo Schindler, y los vicepresidentes Osvaldo Corazza y Ángel Gutiérrez, esa entidad emitió un comunicado en el que pone de manifiesto su rechazo al discurso del candidato de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei.

Para los firmantes, se trata de “expresiones sociales y políticas que resultan alarmantes a la luz del Evangelio y la tradición cristiana protestante” al contener “afirmaciones que conciben a la justicia social como una ‘aberración’ dentro de un ‘modelo de la decadencia’”.

Se trata de discursos “que apoyan la violencia institucional; que descalifican a los adversarios y prometen su exterminio; que se gozan en el hecho de infundir miedo”, con una “dinámica discursiva e ideológica” que “incuba una virtual supresión del Estado de Derecho y desconoce las necesidades de quienes más necesitan”.

“A 40 años de la recuperación de la Democracia y tras decir con toda claridad ‘Nunca Más’, es imprescindible seguir anunciando con firmeza que el bien a resguardar y sobre el cual no se puede avanzar impunemente es la vida humana”, prosigue la declaración pública de la FAIE, publicada en redes sociales.

Declaración completa de la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas

La República Argentina vive tiempos extremadamente delicados. A la crisis económica, que aumenta la pobreza cada día; y la violencia social, que se lleva la vida de inocentes, se suman también algunas expresiones sociales y políticas que resultan alarmantes a la luz del Evangelio y la tradición cristiana protestante.

En tal sentido, rechazamos afirmaciones que conciben a la justicia social como una “aberración” dentro de un “modelo de la decadencia”; que pregonan y sostienen un combate (en algunos casos con connotaciones espirituales) entre “buenos” y “malos”; “eficientes” y “vagos”; “emprendedores” y “asistidos”, “contribuyentes” y “privilegiados”, que apoyan la violencia institucional; que descalifican a los adversarios y prometen su exterminio; que se gozan en el hecho de infundir miedo. Tal dinámica discursiva e ideológica incuba una virtual supresión del Estado de Derecho y desconoce las necesidades de quienes más necesitan.

Por otro lado, reafirmamos el pedido por medidas de gobierno que atiendan a las crecientes demandas populares. Hoy la inmensa mayoría del pueblo reclama justicia, trabajo, seguridad, acceso a salud, vivienda y educación de calidad, como así también condiciones laborales que permitan ganar el pan de cada día.

A 40 años de la recuperación de la Democracia y tras decir con toda claridad “Nunca Más”, es imprescindible seguir anunciando con firmeza que el bien a resguardar y sobre el cual no se puede avanzar impunemente es la vida humana, asumiendo el cuidado de toda la creación como así también la plena vigencia del Estado de Derecho.

Jesucristo dijo: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”.